Era el Año del Padre Celestial, por lo que la parábola del Padre Misericordioso se convirtió en texto fundamental. ¡Estábamos prácticamente en las vísperas de iniciar un nuevo milenio!
Berón recuperó, en diciembre de 2013, su antiguo nombre de San Antonio de Itatí, que tiene que ver con los orígenes del poblado y capilla. Esta comunidad se preparó intensamente para recibir a los encuentristas. Como en cada Encuentro del Pueblo de Dios resaltó la amabilidad y el espíritu de servicio de la gente del lugar.
Allí llegamos desde todos los rincones de la diócesis para compartir el encuentro fraterno, que llenó de calor humano y espiritual toda la jornada; porque el clima estaba frío. Bastante frío, pero un día de hermoso sol.
Rezamos, reflexionamos, compartimos el diálogo y el almuerzo. Y luego vinieron los citrus, principalmente las mandarinas. ¡Quién no se tomó unas cuantas! Eso sí, ¡quedó un olor a mandarina por el resto de la jornada, en todo el lugar! Quienes participamos solemos recordar con alegría lo de las mandarinas.
Rezamos, reflexionamos, compartimos el diálogo y el almuerzo. Y luego vinieron los citrus, principalmente las mandarinas. ¡Quién no se tomó unas cuantas! Eso sí, ¡quedó un olor a mandarina por el resto de la jornada, en todo el lugar! Quienes participamos solemos recordar con alegría lo de las mandarinas.
En esos días el P. Julio Vallejos y el P. Jorge Ojeda, como capellanes solidarios, tenían a su cargo la atención pastoral de la comunidad San Antonio de Padua de Berón, que pasa a ser parroquia en el año 2005.
¡Hermosos recuerdos del Encuentro en Berón! ¡Muy significativo porque se celebró pocos meses antes del inicio del Jubileo del Año 2000!
¡San Antonio de Padua, patrono de esa población, hoy San Antonio de Itatí, nos bendiga en nuestro caminar como Pueblo de Dios!
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